La fuerza de la persona reside en lo positivo. Las fortalezas y virtudes

Las emociones son subjetivas (por lo tanto se puede trabajar sobre ellas). Las emociones positivas respecto al pasado pueden incrementarse a través de la gratitud, el perdón y liberándonos de ideologías deterministas. Los placeres son transitorios pero pueden incrementarse eliminando el efecto aletargador de la habituación y fomentando el disfrute y la atención. Las gratificaciones son generadas por medio del ejercicio de las fortalezas y virtudes. El utilizarlas de manera satisfactoria unido al hallazgo de un sentido u objetivo en la vida, es una manera de ser feliz.
Otro factor importante es el “cómo lo hagamos” que depende no sólo de elementos exteriores (salud, riqueza, poder...) sino sobre todo de virtudes y fortalezas que cada uno tenemos. Seligman, (“La auténtica felicidad") diferencia entre las virtudes que son innatas y las fortalezas que pueden ser desarrollarlas. Considera que es mejor trabajar incentivando lo positivo que ya tenemos, que intentar cambiar "los defectos".
Por eso, y desde esta premisa, la psicología positiva propone desarrollar las fortalezas personales. Para ello es preciso identificar nuestros talentos (innatos), y luego perfeccionarlos con conocimientos y destrezas. Las 24 fortalezas según Seligman están sacadas de un catálogo que ha tenido en cuenta más de doscientas virtudes de distintas religiones y tradiciones filosóficas, características nucleares avaladas por casi todas que, en su conjunto, capturan la noción del buen carácter y que se clasifican en 6 principales: sabiduría y conocimiento; valentía, coraje; amor y humanidad; justicia; templanza; espiritualidad y trascendencia.

El cuestionario VIA Inventory of Strengths de Seligman, -está disponible en inglés en Internet: http://www.authentichappiness.org/perl/Strengths.pl

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